Decae labor altruista hacia perros callejeros por falta de colaboraciones


Carrizal.- “Escasea la perrarina y las dádivas”, afirma enfática María Arteaga, creadora de la Fundación Amigos Protectores de los Animales (Famproa) que tiene a su cargo un refugio en Colinas de Carrizal donde atienden a 160 canes, cifra que tiende a crecer debido a la creciente tasa de abandono en los Altos Mirandinos producto de los elevados costos de la perrarina y la emigración de familias.




25 kilos de comida diaria son necesarias para atender a los perros que han conseguido en la calle o han dejado abandonado a puertas del hogar que supera los 10 años de funcionamiento y que cuenta con 4 voluntarios que se encargan del aseo, cuidado y alimento de sus huéspedes.

A inicios de año con un donativo de 20 mil bolívares podíamos resolver para un par de semanas, ahora con ese monto apenas logramos superar un día de mantenimiento, lo que ha llevado a mermar significativamente la labor altruista hacia los perros callejeros.

La aseveración no es una exageración. Jeannette Piñango creó en mayo la Fundación 4 Paticas con la finalidad de darle hogar temporal a los perritos, pero el proyecto fue paralizado porque cada vez en más casas en vez de acoger, abandonan a su suerte a las mascotas alegando que no tienen cómo mantenerlas.




“Llegué a tener 25 perros en mi casa; alcancé a colocar 15 y aún me quedan diez. Ante la dificultad para que los adoptaran, pensé en ponerles un padrino a cada uno para que esa persona cubriera sus gastos de alimentación y medicina, pero la realidad es que cada vez donan menos para esta causa y mi hija y yo sola no nos damos abasto. Es lamentable pero tuvimos que desistir de la idea inicial”, confesó.

Sin embargo, no se detiene en su sueño y utiliza sus redes sociales para conseguir hogar a los canes que continúan en su casa y aquellos con los que se topa en las calles. “Solo cuento con tres padrinos y de lo que donan a sus perritos alimento a los otros 7 (…) Lastimosamente la crisis ha hecho cuesta arriba los actos de generosidad con el prójimo”, aseveró.

Arteaga señaló que las fundaciones dedicadas a esta causa han claudicado. “De unas 10 que conocía en la subregión apenas seguimos funcionando 4. Hay muchos proteccionistas que acogen hasta 30 canes en su casa, pero la situación se hace cuesta arriba porque las familias que están marchándose de Venezuela están abandonando a los perros a su suerte”.




Pese al panorama desolador, Arteaga espera que este año se materialice la promesa de la apertura de un refugio más grande en el municipio Carrizal para atender más canes. “Por lo pronto este sábado estaremos haciendo una jornada de adopción de cachorros en recta Las Minas, San Antonio de los Altos y recibiendo donaciones, no dinero, sino un paquetico de arroz picado, medio kilo de perrarina y hasta periódicos viejos. Esos pequeños gestos marcarán una gran diferencia”.
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