Martina, una perra mestiza, circulaba por la Ruta Viva la tarde del 26 de junio de 2017 junto a otro can. Su compañero logró cruzar, pero ella fue golpeada por un vehículo de una escuela de conducción de Cumbayá. El caso se volvió mediático en redes sociales por vecinos que presenciaron el hecho y lo subieron a Facebook y Twitter, donde se abrió un debate sobre lo que deben hacer los conductores cuando se encuentran con estos imprevistos. Cuando ocurre un arrollamiento, se debe comunicar la novedad al 911, línea única para emergencias, desde donde se coordinará con el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) para el rescate del animal.
Cristian Coronel, de la Agencia Metropolitana de Control, explica que si una persona observa un atropellamiento, puede denunciar a esa entidad para que levante una infracción al conductor, pues esto también es considerado maltrato animal. La noche del accidente, Martina huyó y se escondió en una propiedad privada. A la mañana siguiente, un equipo del San Francisco Auto Club la pudo rescatar y la llevó al Hospital Docente de Especialidades Veterinarias de la Universidad San Francisco de Quito. Esta escena no es nueva para los vecinos del lugar. Personas que circulan a diario por esa vía han tenido que evadir en varias ocasiones a perros que se cruzan. Algunos no logran frenar y los atropellan. Entre enero y mayo de este año se han registrado un total de 11 930 accidentes, según información de la Agencia Nacional de Tránsito. 154 de ellos fueron causados, entre otros motivos, por presencia de animales (semovientes). Ampliar Los conductores pueden causar accidentes si frenan de golpe o hacen un giro brusco para evadir a un animal.
Luis Rodríguez, director del AutoClub, señala que los animales son uno de los principales riesgos en las vías. Esto es parte de lo que se enseña en una materia sobre emergencias en la conducción. A partir de este accidente han entablado conversaciones con una organización rescatista para que se incluya más información sobre qué deben hacer los conductores, a quién llamar y las implicaciones legales. Jesús Gómez, experto en seguridad vial de la escuela Aneta, coincide en que la principal responsabilidad es de los dueños porque “no debería haber animales sueltos en las vías”. “Nosotros indicamos a los estudiantes que si ven a perros, gatos o ganado en las vías -vivos o muertos- deben reducir la velocidad. Si hay seguridad en la vía para no causar un choque o la pérdida de vidas humanas, que traten de evadirlo”, agregó.
La Avenida Simón Bolívar es, además de una de las vías más transitadas de Quito, un lugar donde se encuentran animales atropellados a diario. Aquí se abandonan decenas de animales. "La velocidad máxima en esa vía, por ejemplo, es de 90km/h, pero cuando tienes visibilidad completa y no es subida ni bajada", dice Gómez. "Si vas a esa velocidad y te viene una curva cerrada y se aparece un perro, no alcanzas a frenar de ninguna manera, peor cuando hay tráfico", agrega. Ampliar Martina , la perra que fue atropellada, fue rescatada junto a su compañero por la escuela de conducción de la Universidad San Francisco de Quito.
Ellos asumirán los gastos de su recuperación y se encargarán de encontrar un hogar responsable para ambos. Los exámenes realizados a Martina mostraron que el accidente no le causó fracturas. Sin embargo, los rayos x mostraron que tenía lesiones antiguas en su cadera de algún arrollamiento pasado que no fue tratado. Además estaba preñada. Se había programado una cesárea pero el parto se adelantó y, debido a complicaciones, sus cachorros no sobrevivieron. También fue esterilizada La perra fue entregada a Acción Animal Ecuador, una organización de protección animal.
“El AutoClub asumió todos los costos, tanto de análisis, exámenes y hospedaje por el atropellamiento, como la cesárea y demás por su problema de parto, pagando en totalidad más de USD 1 000 de cuenta veterinaria”, informó la organización en su blog. No todos los animales corren con esa suerte. Aunque no hay cifras de cuántos canes se atropellan a diario en la ciudad, Emaseo, a través de su programa Animales al cielo, retira a diario 20 cuerpos de las vías y los traslada al crematorio del relleno sanitario del Inga, según información de su portal web. Las organizaciones que rescatan callejeros reciben decenas de pedidos de ayuda todos los días.
Los casos más críticos son de mascotas atropelladas. El tratamiento y rehabilitación de estos perros y gatos suele ser bastante costoso por las cirugías traumatológicas, rehabilitación y hospitalización. Lizeth Pazmiño, de Paraíso Huellas, una organización de rescate, dice que los conductores deberían frenar. “Cuando una persona atropella a otro lo lógico es que se baje a ver si está bien y si le puede ayudar. Lo mismo con los animales y más que por la ley es un deber moral porque todas las vidas son importantes”, indica. Ella recomienda buscar ayuda veterinaria, tomar fotos y buscar ayuda con las fundaciones. “Que se vea la buena intención de las personas de ayudar y no de huir, porque los accidentes pasan, pero hay que asumir la responsabilidad y hacer lo posible por salvarlos”. Si el animal murió, lo mínimo que ella sugiere hacer es mover el cuerpo a un lugar donde no pueda seguir siendo arrollado por otros vehículos.
Fuente: http://www.elcomercio.com/narices-frias/atropellar-animales-ecuador-sanciones-maltratoanimal.html
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