Aunque ya creció, ella la carga a todos lados, ¡es adorable!
Es difícil creer que cosas así pasen, pero la naturaleza y los animales nos han vuelto a sorprender, y a dar una gran lección de vida. Una zarigüeya llamada Poncho, fue encontrada cuando apenas era una bebé recién nacida, abrazada a su madre que había sido atropellada por un automóvil.
Lo más probable es que ella hubiese muerto, ya que no tenía a nadie quien supliera sus necesidades como una pequeña cría, y aún no había aprendido nada de supervivencia.
Afortunadamente unos rescatistas se preocuparon de que Poncho pudiera pasar esta importante pérdida, y aprendiera a sobrevivir y convivir con más criaturas. La pequeña logró adaptarse a cargo de veterinarios especializados, pero aún quedaba un problema: ella estaba huérfana y no tenía a nadie de su especie.
Había una perrita pastor alemán blanco que por su parte, nunca había tenido cachorros propios. Llevaba el nombre de Hantu, y fue quien se encargó de hacer sentir a Poncho a salvo.
Lo adoptó, llevándolo a todos lados sobre su lomo.
Pasó el tiempo y Poncho creció bastante, pero eso no impidió que Hantu siguiera dándole paseos por el bosque ni mimándolo como siempre lo hizo.
Hoy siguen igual de unidos, como madre e hijo, y las imágenes son realmente cautivadoras.
Fuente: http://www.upsocl.com
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