Viajar con mascotas, una travesía sin leyes

Foto referencial
La primera vez que Zoila Menoscal viajó con su perro en un bus interprovincial también fue la última. Doddy, un dobberman de un año, falleció en el trayecto entre Guayaquil y Azogues. El perro murió de asfixia en el maletero del bus.

"No me dejaron llevarlo conmigo en el asiento a pesar de que quise comprarle otro boleto. Me dijeron que molestaba a los demás pasajeros. Cuando lo sacaron, ya no reaccionaba".

Este hecho se repite a nivel nacional, pese a que el Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona el maltrato animal con prisión y trabajo comunitario.

Inti Alvarado, asesora legal del colectivo Rescate Animal, señala que esto se debe a que la ley no especifica todos los comportamientos que representan maltrato o negligencia.

"No existen regulaciones al respecto y, en consecuencia, los animales son transportados en condiciones inseguras, atemorizantes y, en general, contrarias a su estado de bienestar. Se requiere la promulgación de normativas complementarias que desarrollen los preceptos contenidos en dicha ley, pero en materia de tránsito y transporte marítimo y terrestre".

La Comisión de Tránsito del Ecuador concuerda. La normativa vial ni vigila ni sanciona el traslado de mascotas o animales en transportes interprovinciales. La única regulación que existe actualmente es la prohibición de que los choferes de buses lleven "en sus brazos o en sitios inadecuados a animales o personas".

"Es una falsedad que es prohibido llevar perros, gatos o gallinas en un bus", dice Carla Manosalvas, del Observatorio de Ciudadanos y Consumidores. "No hay ninguna ley que diga que no se puede. Simplemente es más cómodo para los transportistas y les genera menos problemas".

Los transportistas, sin embargo, dicen que la prohibición llegó a raíz de quejas de otros usuarios y del poco cuidado que algunos propietarios tienen al viajar con mascotas.

"A nosotros nos han prohibido los dueños llevar perros o gatos. Animales más chiquitos sí, como loros. Lo que pasa es que hay gente que no los lleva en caja ni nada y esos animalitos se enferman y luego ellos no quieren limpiar. Los otros pasajeros se quejan. No es justo que todos viajen incómodos por una sola persona", comentó Manuel Onofre, de la cooperativa Babahoyo Internacional.

En un recorrido realizado por este Diario en la terminal terrestre, se comprobó que diez de doce cooperativas consultadas no transportan mascotas en el área de pasajeros.

Alianza, que lleva usuarios hacia Cuenca, dijo que sí permitían la travesía, pero que los usuarios debían pagar el asiento extra y llevar a su mascota en un cargador. Costa Azul, igualmente, accedió al pedido.

Otros como Reina del Camino y la cooperativa Caluma indicaron que la negativa responde a órdenes superiores y que no podían modificarlas.

Intentos por comunicarse con representantes de ambas empresas para obtener mayor información sobre la medida no fueron respondidas.

Mientras tanto, debido a las dificultades, muchos usuarios prefieren tomar avión o alquilar vehículos particulares.

"Yo viajo a Santa Elena por trabajo y me toca llevarme a mi perro. Intenté una vez llevarlo en bus y fue un problema, así que decidí pagarle a un taxi para que me lleve. Sale más caro, pero el perro llega bien", explica Carlos Sotomayor.

"Cuando viajo a Quito, me llevo a mi gato en avión. Hay normativas y tengo la garantía de que llegará bien. He escuchado demasiadas historias de terror", dice Claudia Villacís.

Fuente: http://expreso.ec/expreso/plantillas/nota.aspx?idart=7103622&idcat=19308&tipo=2

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