¡No pudo salvar a su perrita!


¿Qui茅n dice que los animales no pueden sentir amor? Muchos fueron testigos de un acto de amor o compasi贸n de un fornido perro con una perrita, lo que conmovi贸 a m谩s de un caminante que se desplazaba hacia el mercado de la avenida Las Esclusas, en el Guasmo sur de Guayaquil.
Esta tragedia animal comenz贸 a las 07:00 del domingo pasado, cuando una pareja de perros iba a cruzar la transitada avenida de Las Esclusas. 
El perro llevaba la voz de mando, pero el destino estaba a pocos segundos de separarlos para siempre. 
Cuando estaban a punto de llegar al mercado municipal, como lo hac铆an a diario buscando alimento, decidieron cruzar. El animal dio el primer paso y ella lo sigui贸, pero antes de subir al parterre central, un auto la impact贸, lanz谩ndola por los aires.

Por instinto y reacci贸n ante la embestida, dando gritos de dolor, la hembra logr贸 subir la divisi贸n y llegar arrastr谩ndose hasta el tronco de una palmera. Su compa帽ero no pudo hacer nada.
Los transe煤ntes miraban impotentes la escena de dolor. Algunos testigos indicaban que el perro, al verla herida, trat贸 de cubrirla con sus patas delanteras, como esperando que se levante, pero ella agonizaba. Trabajadores del mercado municipal trataron de asistir a la perra. Uno de ellos llam贸 desesperado por celular al 911, pero no tuvo respuesta.

A las 07:30 el animalito hab铆a muerto. Empezaba entonces una fren茅tica acci贸n del perro, que quer铆a que su perrita compa帽era se levante y camine.
Las u帽as de las patas del macho estaban cubiertas del pelaje plomo del animal ca铆do, como prueba de su reiterado intento de revivirla.
Quienes laboran en el sitio los vieron algunas veces merodear juntos el mercado.
Al cabo de algunas horas, el perro no abandonaba a su compa帽era bajo el candente sol de una ma帽ana despejada.

Durante cuatro horas trat贸 de levantar a la perrita, pero era imposible, el destino los hab铆a separado.
A ratos, el perro, agotado y jadeando por el intenso sol, buscaba refugio en la sombra de los carros estacionados a un lado de la v铆a, sin perderla de vista.
Empleados de la picanter铆a Marianita, condolidos por el dolor canino, le llevaron una tarrina con agua. El gran canino era m谩s d贸cil que un manso gatito.
Se bebi贸 toda el agua, sin saber que ya le quedaban pocos minutos junto al cad谩ver de su pareja, ya que se acercaba el carro recolector de Puerto Limpio.

Luego de hidratarse, el can cruz贸 la calle rumbo al mercado como para buscar algo de alimento y se demor贸 unos cinco minutos, perdiendo de vista a su perrita. Al regresar, vio como la embarcaban en un recolector de basura, por lo que apresur贸 el paso, pero el carro parti贸 llev谩ndose a su amor. 
Desesperado, buscaba el olor de su perra, que se confundi贸 entre el hedor de los desperdicios del veh铆culo.
Con la mirada triste parec铆a buscarla, el destino le hab铆a arrebatado a su pareja.
Entonces el gran perro de piel atigrada se retir贸 con la pena de haber visto morir a su compa帽era, a la cual no pudo salvar ni revivir.

Fuente: http://extra.ec/ediciones/2014/09/16/especiales/no-pudo-salvar--a-su-perrita/
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