Historias que prueban que los animales tienen ALMA


El más grande error de los seres humanos es sentirse superiores en este mundo, la iglesia nos han enseñado que somos los únicos que poseen alma, sin embargo y afortunadamente esta irracional idea ha ido cambiando a lo largo de los años. Los mayores científicos de nuestro tiempo reconocen que los animales tienen conciencia.

Estas increíbles historias nos prueban que los animales poseen alma y mucho más pura que la nuestra, son inteligentes y capaces de amar.

KOKO EL GORILA.

Koko es una Gorila de las tierras bajas que nació en el zoológico de San Francisco USA en 1971. Cuando cumplió un año, su instructora la Dra. Francine “Penny” Patterson (sicóloga) comenzó a enseñarle el idioma de los sordomudos (Ameslan- Lenguaje de signos americano). Si bien se había trabajado anteriormente con Chimpancés, era la primera vez que se intentaba con un Gorila.

Actualmente con 37 años de enseñanza y práctica, Koko maneja más de 1000 palabras y ha dado un coeficiente intelectual de 80 sobre 100 (la OMS considera que 90 es normal para un humano).

Este enorme e inteligente gorila asombró al mundo entero, aprendió a comunicarse con el lenguaje de señas, cuando murió su gatito le comunicó a sus entrenadores que estaba triste y se aisló para llorar la muerte de su amigo, así mismo al ver su película favorita, Tea With Mussolini, en la escena en la que el chico tiene que decir adiós a sus familiares y se despide desde el tren, tan pronto como la escena del “adiós” empieza Koko se da la vuelta para no tener que verla. Luego procede a hacer las señas para las palabras: “Triste”, “Llorar”, “Malo”, “Problema”, “Madre” y “Koko-ama” mientras le salen las lagrimas.


ALEX EL LORO.

No era un loro cualquiera. Se llamaba Alex (acrónimo de ‘Avian Learning Experiment’) y llegó a desarrollar la inteligencia de un niño de cinco años. Podía idenficar objetos, números, colores y formas, y distinguir entre «grande» y «pequeño», «igual» y «diferente». Manejaba un vocabulario propio de 150 palabras. Decía «lo siento» si se equivocaba y pedía «quiero volver» (a la jaula) cuando estaba cansado. En el momento de la despedida, le preguntaba a su amiga y profesora Irene Pepperberg: «¿Vendrás mañana?»

Ésas fueron precisamente las últimas palabras del loro, antes de morir repentinamente de un infarto o una arritmia en mitad de la noche. Su necrológica fue la más leída en 2007 en periódicos como The Guardian: «Alex, el loro africano gris que era más listo que la media de los presidentes norteamericanos, ha fallecido a la edad de 31 años».


VACAS

De acuerdo a la investigadora Krista McLennan, las vacas tienen mejores amigos. “Cuando las novillas tienen a su compañero preferido con ellas, sus niveles de estrés en términos de su frecuencia cardíaca se reducen comparados con los que tienen cuando están con un compañero al azar“.


DELFINES

Los delfines se llaman por su nombre. La ciencia ha revelado la increíble similitud entre el comportamiento del ser humano y el de los delfines: recientemente se ha descubierto la capacidad de estos animales de pensar en el futuro, de reconocerse frente a un espejo y de manifestar un aparente sufrimiento por la muerte de un hijo.

Esta vez, un estudio de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, prueba que, como la visibilidad de los delfines es limitada, desarrollan un silbido propio, aún indescifrable para los humanos, que les sirve para señalarse y ubicarse frente al resto de los miembros del grupo.
Lo curioso es que el sonido de cada delfín, algo así como su firma acústica o su nombre, puede ser imitado por otros de la misma especie, a quienes únicamente responde el dueño de cada silbido para establecer comunicación. Así las cosas, el hallazgo de los científicos escoceses lleva a entender que un delfín puede responder cuando otro lo llama por su nombre reproduciendo su silbido.


Salty y Roselle.

Salty y Roselle dos perros guias recibieron una medalla conjunta Dickin “Por mantenerse lealmente al lado de sus dueños ciegos, a quienes condujeron valientemente por más de 70 pisos del World Trade Center a un lugar de seguridad tras el ataque terrorista en Nueva York el 11 de septiembre de 2011.


BELUGA MILA.

Yang Yun un buzo experimentado casi muere de no ser por la intervención de una beluga llamada Mia. “Me empece a ahogar y a hundirme aun más bajo y pensé que era todo para mi, que estaba muerto. Hasta que sentí una increíble fuerza debajo de mí me está volviendo a la superficie.” Era Mia quien lo tomó de una pierna y lo empujó a la superficie, salvándole la vida.


OSCAR.

Oscar es un gato que vive en un asilo para ancianos, este sabe cuando una persona va a morir, el se sienta en su cama y se queda durante los últimos minutos de vida de la persona.


TOLDO

Todo comenzó en septiembre de 2011, cuando falleció Renzo Iozzelli, un hombre de 71 años que había adoptado a Toldo dos años antes, cuando el minino contaba con tan solo tres meses de edad.

El día del entierro de Iozzelli, Toldo decidió seguir a la comitiva fúnebre hasta el cementerio de Montagnana, un pequeño pueblo de la Toscana italiana, hecho al que nadie dio importancia, según contó su viuda al diario «Corriere Fiorentino». Sin embargo, cuando al día siguiente acudió al camposanto acompañada de su hija se encontraron con que el gato ya había visitado la tumba de su dueño, donde había depositado una hoja de acacia.

Desde entonces, este felino gris y blanco ha visitado prácticamente a diario la lápida tras la que reposan los restos de Renzo Iozzelli, donde ha depositado toda clase de «regalos» que encuentra en el camino que conduce de su casa hasta el cementerio. Ramas, vasos de plástico, pañuelos de papel o cualquier otro objeto sirve a Toldo para demostrar su cariño por el hombre que un día lo rescató de las calles.

La fidelidad de Toldo no solo ha servido para convertir a este peculiar felino en una pequeña celebridad en Montagnana, sino que demuestra una vez más que el amor y la lealtad de los animales no se acaba con la muerte.


CHRISTIAN EL LEÓN.

Christian el león fue adoptado por dos hermanos en 1969. se volvió demasiado grande para cuidad de él, por lo que decidieron reintroducirlo a su hábitat salvaje en África. Ambos egresaron un año más tarde y les relataron que Christian se había vuelto el líder de su grupo y que era muy improbable que los reconociera. Pero en cuanto los vio se abalanzó hacia sus brazos, un encuentro lleno de amor.


RAJU EL ELEFANTE

Encadenado, con clavos incrustados en las patas, laceraciones en gran parte de su cuerpo y al borde de la desnutrición. Así lo hallaron sus salvadores en India. “Raju estaba encadenado las 24 horas del día, un acto de intolerable crueldad. El equipo estaba asombrado de ver las lágrimas caer de sus ojos durante el rescate. Fue muy emocionante. Sabíamos en nuestros corazones que se daba cuenta de que lo estábamos rescatando”, contó Pooja Binepal, miembro de la organización Wildlife SOS-UK, en diálogo con The Mirror.

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